¡¡Hola!! Bueno, ¿qué tal os va con la maratón de lectura? Yo de momento me he merendado El Cuadero de Noah, Persuasión, El Secreto de Lucía Morke y Las Estrellas se Pueden Contar, llevo 100 hojas de En Llamas y ya he comenzado Ghostgirl III: Loca por Amor. Vamos, que esta semana estoy compensando todo lo que no podré leer la semana que viene, cuando me montaré mi propia maratón seriéfila con Alias *.* Seguiré posteando entradas, don't worry, sólo descansaré con los libros. Pero para dejar aunque sea una entrada con sustancia en toda la semana os voy a dejar una reseña que os debía desde hace siglos: Encantamiento de Luna. Allá va:
Título: Encantamieto de Luna.
Colección: Cuentos de Bereth.
Colección: Cuentos de Bereth.
Autor: Javier Ruescas.
Editorial: Versátil.
Editorial: Versátil.
Encuadernación: Tapa blanda con solapas, portada que tiene muchísimo que ver con la trama. A mí me gustó el doble cuando terminé el libro.
Sinopsis:
Una joven inconformista.Un príncipe valeroso.Dos reinos en guerra.Una maldición olvidada...
Reseña:
Hace ya tres veranos desde que leí la primera parte de la trilogía Cuentos de Bereth. Me gustó mucho, me encantaron los giros de tuerca y el amor, aunque edulcorado y precipitado –al menos por parte de Duna-, fue perdonable teniendo en cuenta que, en esencia, era un cuento de hadas moderno. Ahora, con la trilogía entera en mano, releída y paladeada, puedo hacer una reseña certera de este libro. Ahí va:
El libro comienza con una niña. Es Ariadne, y no es una niña cualquiera: Es la reina de Bereth desde el momento en que su padre ha muerto. Y nosotros, lectores, somos testigos de cómo el día anterior a su coronación escribe una poesía. Una poesía que le advertirá de sus errores venideros y que Ariadne obviará.
Para poneros en situación: Cada rey o reina de cada reino en el continente escribe una poesía antes de ser coronado. La poesía no es de invención de los reyes: Quienes les dictan los versos que luego deben enseñar a sus súbditos son las musas. En las poesías, las musas avisan a los reyes de sus errores venideros, o les instan a corregir un defecto que puede llevar a su reino a la ruina o, de corregirlo, salvarlo y volverlo próspero. Aunque hay que tener en cuenta que las poesías son intrincados galimatías que usualmente hasta no ocurrir no cobran significado.
Segundo capítulo. Han pasado unos veinti bastantes años. Nos encontramos en Belmont, reino vecino a Bereth, cuyo rey Teodragos no quiere otra cosa mas que conquistar Bereth y su recurso más preciado: La electricidad. En este escenario, somos testigos de cómo un traidor poderoso dentro de Bereth le ofrece a Teodragos Bereth en bandeja y sus recursos a cambio de las tierras. Y aquí, una tenebrosa alianza se forma…
Tercer capítulo. Aquí ya entramos en materia con la que será la protagonista de esta historia y narradora de la mayor parte de capítulos de este libro, Duna. Duna Azuladea, hija de una esclava a quien Aya Azuladea dio la libertad y un hogar. Vive con esta y Cinthia, sobrina de Aya que fue a vivir con esta por razones desconocidas.
La historia comienza de verdad cuando Duna, rebelde e impetuosa como ella sola, afrenta a su profesora y acaba expulsada del colegio a solo un año de graduarse. Sin embargo, en el juicio se compadecen de ella y le ofrecen una segunda oportunidad: Trabajar en palacio para graduarse. ¿Qué mejor lugar para aprender a ser una dama?
Sin embargo, mientras trabaje en palacio tendrá un par de encontronazos con Adhárel, príncipe heredero de Bereth. Del cual, como imagináis, se acabará enamorando.
El otro narrador es Adhárel. Príncipe heredero de Bereth, con su madre Ariadne en una situación de salud delicada, él es quién lleva el mando de Bereth extra oficialmente desde hace tiempo. Intenta evitar por todos los medios entrar en guerra con Belmont, por muchas provocaciones que estos hagan. Esto es tanto por compasión a su pueblo como por su reticencia natural a las confrontaciones directas.
La acción se desarrollará en un Bereth en el que la inminente guerra se respira a cada página. El comienzo será sencillo, y casi hasta acabaremos olvidándonos de esos primeros dos capítulos –solo casi. Sin embargo, de repente, cuando comencemos a acomodarnos en el desarrollo de la trama romántica y esa acción tan pasiva e inexistente, BAM, todo nos explotará en la cara.
La identidad del traidor será descubierta, la tranquilidad y seguridad de nuestros protagonistas se romperá drásticamente y habrá una persecución contrarreloj para intentar detener a Teodragos y ese traidor tan evidente desde que aparece en escena. Y, desde luego, la Poesía Real tendrá un gran peso en la recta final de la trama, aunque tardemos tanto como los protagonistas en ser conscientes de su significado e implicación.
Bien, veamos. ¿Por dónde empiezo? La historia me ha gustado mucho. Es una demostración de lo que ya debería darse por hecho: No hay que salir de España para encontrar buenos autores. Esta historia es un cuento de hadas como los de antes, aunque con un toque guerrero y moderno. Aquí, la doncella no esperará pacientemente en la torre a que la salve su príncipe, sino que peleará con todo lo que tenga y utilizará todo su ingenio para salir de ella –y nunca este ejemplo fue tan certero.
La trama es irregular, pero en ningún momento aburrida. La primera parte es pausada pero necesaria, y he de decir que en ningún momento me aburrí de leer, aunque si es cierto que en esa primera parte había pocos alicientes que engancharan e invitasen a leer más y más.
Luego hay una segunda parte, cuya diferencia es muy marcada, que comienza con el descubrimiento público del traidor. Aquí, la acción comienza realmente, las cartas se ponen sobre la mesa y la narración se vuelve mucho más coral. En esta parte los secundarios cobran importancia, la acción se respira en cada capítulo, los misterios comienzan a desentrañarse y la novela engancha mucho más.
Los personajes me han encantado. Los protagonistas caen bien, aunque su relación me haya parecido… No precipitada, pero sí me molestó que Duna, tan racional y anti-monárquica en un principio, se fijara tan rápidamente en el príncipe. Por lo demás, el desarrollo es muy correcto, sin notarse forzado.
Los secundarios son un punto muy fuerte en la trama. Desde el principio se les da importancia y se dota a cada uno de su personalidad, aunque siempre te quedes con ganas de más. En la segunda parte, esa curiosidad queda saciada, sobre todo por parte de Cinthia, Sírgeric –un ladrón al que Aya da cobijo y que pronto descubrimos oculta un gran secreto- y Dimitri, hermano de Adhárel pero nada parecido a él.
Los personajes son típicos en cuanto a planteamiento –la aldeana, el príncipe, el hermano segundón, la amiga apocada, la madre cariñosa y gruñona, el ladrón- pero todos los tópicos se rompen en cuanto se ponen en acción: La aldeana es guerrera, el príncipe no es un súper héroe invencible, el hermano segundón no es tonto ni llorica y la amiga se vuelve tan guerrera como la aldeana.
Como ya he dicho antes, este es un cuento de hadas moderno. No solo los personajes lo modernizan. También hay dos conceptos especiales en el Continente: La electricidad y los sentimentalistas.
La electricidad es exactamente como la nuestra, pero con un inconveniente: Es muy, muy escasa. En el único reino que queda algo de electricidad es en Bereth, y ya comienza a haber serios problemas de abastecimiento. Sé que la electricidad no es muy común en libros de sociedad medieval, pero en el segundo libro esto se explica aceptablemente.
Los sentimentalistas son hombres con capacidades especiales. Solo poseen una, y puede desde ser una estupidez –hablar al revés o imitar sonidos- hasta ser mortalmente útil –teletransportarse o manipular pensamientos-. Suelen ser temidos y odiados por la sociedad, y están obligados a rendir obediencia a sus reyes, ya sea para servir en el ejército o para servir donde su don sea más útil. Un hecho del segundo libro que me ha gustado lo suyo es que se explica la existencia de los sentimentalistas lógicamente, no están ahí porque sí.
¿Defectos? Desde luego, la previsibilidad de su traidor. Quienes lo hayáis leído, por favor, ¡decidme que supisteis quién era! Yo pensaba “No, es demasiado obvio, el autor nos tiene por ahí alguien preparado”. Cual fue mi sorpresa al ver que había calado al traidor desde el primer momento. Y no es porque el autor no sepa escribir buenas vueltas de tuerca porque caray, el significado de la poesía me dejó muerta.
Tampoco podía dejar pasar la ocasión para dar un buen tirón de orejas a Versátil, que tienen un serio problema con las erratas. El libro estaba plagado de ellas, desde palabras repetidas hasta letras comidas pasando por tildes que brillaban por su ausencia. En una sola palabra: Horrible.
También tengo que decir lo previsibles que me parecieron esos capítulos entre el baile y el bum. Qué total, absolutamente previsibles. Aunque en contrarresto, los últimos cinco o seis capítulos me encantaron. El capítulo en que Ariadne narraba su historia el libro no perdía como suele pasar al terminar de golpe y sopetón la acción, sino que para mi ganó un par de tercios.
En definitiva: Aún con sus fallos típicos de autor novel, Javier Ruescas para mi se estrenó brillantemente con Encantamiento de Luna. Con La Maldición de las Musas y Los Versos del Destino ya leídos, puedo decir que esta trilogía es de lo mejor en el ámbito juvenil fantástico nacional, y que no tiene nada que envidiarle a muchas novelas internacionales.
El libro comienza con una niña. Es Ariadne, y no es una niña cualquiera: Es la reina de Bereth desde el momento en que su padre ha muerto. Y nosotros, lectores, somos testigos de cómo el día anterior a su coronación escribe una poesía. Una poesía que le advertirá de sus errores venideros y que Ariadne obviará.
Para poneros en situación: Cada rey o reina de cada reino en el continente escribe una poesía antes de ser coronado. La poesía no es de invención de los reyes: Quienes les dictan los versos que luego deben enseñar a sus súbditos son las musas. En las poesías, las musas avisan a los reyes de sus errores venideros, o les instan a corregir un defecto que puede llevar a su reino a la ruina o, de corregirlo, salvarlo y volverlo próspero. Aunque hay que tener en cuenta que las poesías son intrincados galimatías que usualmente hasta no ocurrir no cobran significado.
Segundo capítulo. Han pasado unos veinti bastantes años. Nos encontramos en Belmont, reino vecino a Bereth, cuyo rey Teodragos no quiere otra cosa mas que conquistar Bereth y su recurso más preciado: La electricidad. En este escenario, somos testigos de cómo un traidor poderoso dentro de Bereth le ofrece a Teodragos Bereth en bandeja y sus recursos a cambio de las tierras. Y aquí, una tenebrosa alianza se forma…
Tercer capítulo. Aquí ya entramos en materia con la que será la protagonista de esta historia y narradora de la mayor parte de capítulos de este libro, Duna. Duna Azuladea, hija de una esclava a quien Aya Azuladea dio la libertad y un hogar. Vive con esta y Cinthia, sobrina de Aya que fue a vivir con esta por razones desconocidas.
La historia comienza de verdad cuando Duna, rebelde e impetuosa como ella sola, afrenta a su profesora y acaba expulsada del colegio a solo un año de graduarse. Sin embargo, en el juicio se compadecen de ella y le ofrecen una segunda oportunidad: Trabajar en palacio para graduarse. ¿Qué mejor lugar para aprender a ser una dama?
Sin embargo, mientras trabaje en palacio tendrá un par de encontronazos con Adhárel, príncipe heredero de Bereth. Del cual, como imagináis, se acabará enamorando.
El otro narrador es Adhárel. Príncipe heredero de Bereth, con su madre Ariadne en una situación de salud delicada, él es quién lleva el mando de Bereth extra oficialmente desde hace tiempo. Intenta evitar por todos los medios entrar en guerra con Belmont, por muchas provocaciones que estos hagan. Esto es tanto por compasión a su pueblo como por su reticencia natural a las confrontaciones directas.
La acción se desarrollará en un Bereth en el que la inminente guerra se respira a cada página. El comienzo será sencillo, y casi hasta acabaremos olvidándonos de esos primeros dos capítulos –solo casi. Sin embargo, de repente, cuando comencemos a acomodarnos en el desarrollo de la trama romántica y esa acción tan pasiva e inexistente, BAM, todo nos explotará en la cara.
La identidad del traidor será descubierta, la tranquilidad y seguridad de nuestros protagonistas se romperá drásticamente y habrá una persecución contrarreloj para intentar detener a Teodragos y ese traidor tan evidente desde que aparece en escena. Y, desde luego, la Poesía Real tendrá un gran peso en la recta final de la trama, aunque tardemos tanto como los protagonistas en ser conscientes de su significado e implicación.
Bien, veamos. ¿Por dónde empiezo? La historia me ha gustado mucho. Es una demostración de lo que ya debería darse por hecho: No hay que salir de España para encontrar buenos autores. Esta historia es un cuento de hadas como los de antes, aunque con un toque guerrero y moderno. Aquí, la doncella no esperará pacientemente en la torre a que la salve su príncipe, sino que peleará con todo lo que tenga y utilizará todo su ingenio para salir de ella –y nunca este ejemplo fue tan certero.
La trama es irregular, pero en ningún momento aburrida. La primera parte es pausada pero necesaria, y he de decir que en ningún momento me aburrí de leer, aunque si es cierto que en esa primera parte había pocos alicientes que engancharan e invitasen a leer más y más.
Luego hay una segunda parte, cuya diferencia es muy marcada, que comienza con el descubrimiento público del traidor. Aquí, la acción comienza realmente, las cartas se ponen sobre la mesa y la narración se vuelve mucho más coral. En esta parte los secundarios cobran importancia, la acción se respira en cada capítulo, los misterios comienzan a desentrañarse y la novela engancha mucho más.
Los personajes me han encantado. Los protagonistas caen bien, aunque su relación me haya parecido… No precipitada, pero sí me molestó que Duna, tan racional y anti-monárquica en un principio, se fijara tan rápidamente en el príncipe. Por lo demás, el desarrollo es muy correcto, sin notarse forzado.
Los secundarios son un punto muy fuerte en la trama. Desde el principio se les da importancia y se dota a cada uno de su personalidad, aunque siempre te quedes con ganas de más. En la segunda parte, esa curiosidad queda saciada, sobre todo por parte de Cinthia, Sírgeric –un ladrón al que Aya da cobijo y que pronto descubrimos oculta un gran secreto- y Dimitri, hermano de Adhárel pero nada parecido a él.
Los personajes son típicos en cuanto a planteamiento –la aldeana, el príncipe, el hermano segundón, la amiga apocada, la madre cariñosa y gruñona, el ladrón- pero todos los tópicos se rompen en cuanto se ponen en acción: La aldeana es guerrera, el príncipe no es un súper héroe invencible, el hermano segundón no es tonto ni llorica y la amiga se vuelve tan guerrera como la aldeana.
Como ya he dicho antes, este es un cuento de hadas moderno. No solo los personajes lo modernizan. También hay dos conceptos especiales en el Continente: La electricidad y los sentimentalistas.
La electricidad es exactamente como la nuestra, pero con un inconveniente: Es muy, muy escasa. En el único reino que queda algo de electricidad es en Bereth, y ya comienza a haber serios problemas de abastecimiento. Sé que la electricidad no es muy común en libros de sociedad medieval, pero en el segundo libro esto se explica aceptablemente.
Los sentimentalistas son hombres con capacidades especiales. Solo poseen una, y puede desde ser una estupidez –hablar al revés o imitar sonidos- hasta ser mortalmente útil –teletransportarse o manipular pensamientos-. Suelen ser temidos y odiados por la sociedad, y están obligados a rendir obediencia a sus reyes, ya sea para servir en el ejército o para servir donde su don sea más útil. Un hecho del segundo libro que me ha gustado lo suyo es que se explica la existencia de los sentimentalistas lógicamente, no están ahí porque sí.
¿Defectos? Desde luego, la previsibilidad de su traidor. Quienes lo hayáis leído, por favor, ¡decidme que supisteis quién era! Yo pensaba “No, es demasiado obvio, el autor nos tiene por ahí alguien preparado”. Cual fue mi sorpresa al ver que había calado al traidor desde el primer momento. Y no es porque el autor no sepa escribir buenas vueltas de tuerca porque caray, el significado de la poesía me dejó muerta.
Tampoco podía dejar pasar la ocasión para dar un buen tirón de orejas a Versátil, que tienen un serio problema con las erratas. El libro estaba plagado de ellas, desde palabras repetidas hasta letras comidas pasando por tildes que brillaban por su ausencia. En una sola palabra: Horrible.
También tengo que decir lo previsibles que me parecieron esos capítulos entre el baile y el bum. Qué total, absolutamente previsibles. Aunque en contrarresto, los últimos cinco o seis capítulos me encantaron. El capítulo en que Ariadne narraba su historia el libro no perdía como suele pasar al terminar de golpe y sopetón la acción, sino que para mi ganó un par de tercios.
En definitiva: Aún con sus fallos típicos de autor novel, Javier Ruescas para mi se estrenó brillantemente con Encantamiento de Luna. Con La Maldición de las Musas y Los Versos del Destino ya leídos, puedo decir que esta trilogía es de lo mejor en el ámbito juvenil fantástico nacional, y que no tiene nada que envidiarle a muchas novelas internacionales.
Bueno, la verdad es que la reseña me ha quedado un tanto larga pero tanto da, ¡espero que os guste! Y que me digáis qué tal la maratón ^^ ¡Besos!
7 comentarios:
¡Tengo muchíiiiisimas ganas de leer la trilogía!
Hola guapi!! he leído buenísimas reseñas sobre esta saga y le tengo muchas ganas ^^.
Un besito!
También me gustó bastante el libro aunque es verdad que había algunas partes algo previsibles.
Besos!
Me gustaría leer esta trilogía ;) Gracias por la reseña ^^
besitos<3
No habia visto este libro antes ! pero se muy muy interesante , se ve que vale la pena leerlo. La Entrada super completa. Gracias por la reseñas.
Feliz dia
Me ha llamado la atención, me lo apunto.
Un beso!
Hola guapa!
A este libro le tengo muchísimas ganas, a ver cuando lo leo ;)
La maratón genial, ya he leído los libros que me propuse, puedes leer los resultados en mi blog. Si hasta me he leído medio libro más!! xD
Un beso!!
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